RESERVA ESTATAL BIOCULTURAL DEL PUUC

La región del Puuc se caracteriza por contar con una fisiografía de terrenos muy altos y los de mayor contraste topográfico del estado. Cuenta con suelos pedregosos que tienen rocas carbonatadas de naturaleza silícea del tipo pedernal y calcedonia. También presenta suelos más desarrollados y profundos y suelos inundables. No existen corrientes superficiales, excepto pequeños escurrimientos durante la época de lluvias que se concentran en los valles o planicies permitiendo la filtración del agua lentamente hacia el acuífero; así mismo, la filtración en el transcurso de millones de años ha formado grandes grutas y ecosistemas que albergan una diversidad de especies. Por ello se considera importante, por los servicios ambientales de soporte y regulación, y del paisaje que provee.

La vegetación y la flora corresponden a selva baja caducifolia, subcaducifolia y subperennifolia; así como a selva mediana caducifolia y subcaducifolia, además de extensas sabanas de elementos hidrófilos. La zona alberga 104 familias y 603 especies de flora.

La fauna de la región abarca a 14 especies de anfibios, 52 de reptiles, 247 de aves, 63 especies de mamíferos y cinco de las seis especies de felinos de México, entre ellas el jaguar. Es importante señalar que de las especies de mamíferos, cuatro están amenazadas, cinco en peligro de extinción y tres son endémicas.

La región por su posición geográfica integra de manera natural la conectividad de áreas naturales protegidas de gran relevancia peninsular; hacia el sur se encuentra Calakmul, Balam Kin, Balam Ku y Balam Kaax; al sureste se ubican Otoch Maax Yetel Koh y Sian Ka’an; y al noroeste Celestún y El Palmar. La zona tiene características históricas y culturales que provienen desde la época de los antiguos Mayas con importantes centros ceremoniales, entre los que destacan Oxkintok, Uxmal, Kabah, Sayil, Labna, Xlapak y Chacmultún, así como otros vestigios de edificios arquitectónicos Mayas distribuidos en todos el territorio.

En esta zona se desarrollan actividades agropecuarias, forestales y silvícolas; es considera como la principal región frutícola de la península. Muchas comunidades dependen de los recursos naturales para la extracción forestal maderable y no maderable, así como el aprovechamiento de la fauna silvestre. Estos sistemas son complementarios entre sí, tanto en ingresos como en la alimentación de la familia maya, por lo que un desarrollo sustentable de la región requiere de una visión en conjunto, tal como lo es la tradicional milpa maya.

Por todo lo anterior la Región del Puuc combina la calidad de sus recursos naturales, su biodiversidad, su historia y origen, su patrimonio arquitectónico, su vocación y capacidad productiva agrícola y pecuaria, siendo zona de recarga de mantos acuíferos de la península, además de su riqueza biocultural, posee una gran capacidad y potencial para la producción de servicios ambientales.

MISIÓN

Asegurar arreglos interinstitucionales que garanticen la transversalidad de políticas públicas que promuevan, desde una perspectiva de manejo integral de la Reserva y área de influencia, el fomento de los servicios ambientales de los ecosistemas para que los beneficios derivados de estos se repartan equitativamente entre la población.

VISIÓN

Para el año 2022, la Reserva y área de influencia, ha incrementado su resiliencia social y ambiental asegurando un desarrollo sustentable y armónico basado en los servicios ambientales, con equidad de género, con procesos incluyentes y distributivos de la riqueza generada en un entorno de justicia social y respetuosa de los derechos humanos.

Problemáticas ambientales

La región de influencia de la JIBIOPUUC se enfrenta principalmente a los siguientes problemas de orden ambiental:


• Pérdida acelerada de casi 12 mil hectáreas anuales causadas por la expansión descontrolada de la frontera agrícola y ganadera;
• Diminución creciente de biodiversidad de flora y fauna motivada por el crecimiento de la mancha urbana que pone en peligro los corredores ecológicos, aumento de la extracción ilegal de especies nativas y recursos pétreos (como la cacería, extracción de madera, carbón vegetal, de bancos de materiales);
• Disposición inadecuada de residuos sólidos urbanos provocada por la carencia de infraestructura ambiental para la recolección, disposición final y manejo sustentable de residuos y esto ocasiona una pérdida de imagen urbana, degrada la calidad de los recursos turísticos de la zona, e impacta negativamente la calidad del acuífero subterráneo.
• Uso excesivo e inadecuado de agrotóxicos que repercute en la calidad del agua, la salud de las familias, la perdida de polinizadores (como las abejas), y en la inocuidad de los productos del campo, como la miel.